Muy queridos,
el mes de junio, dedicado al Sagrado Corazón, nos hace reencontrarnos, y unidos en la comunión de oración nos ofrece la ocasión de renovar nuestra adhesión a la CM y volver a poner al centro de nuestra vida el Corazón de Cristo y su mensaje.
Esta fiesta, podemos decir, nos es “necesaria” para reavivar en nosotros el don que nos ha sido dado; para comprender cada vez más el misterio del amor gratuito de Jesús por cada uno; para contemplar el amor y la fidelidad de Jesús.
Nuestra espiritualidad y misión encuentran vida en el “ volver la mirada hacia Aquél que traspasaron ” y de esta contemplación obtenemos además el don de la Fidelidad.
Fidelidad:
A nuestro bautismo;
Al sí dicho a Cristo en la CM;
A la obediencia a Dios, a la Iglesia;
A nuestro Estatuto, al cual adherimos en total libertad;
Al carisma y a la misión;
A la oración,
Al permanecer en nuestro puesto con rostro sereno;
Al mantenernos en la fatiga de todos.
Así podremos
buscar la presencia del Dios-Amor, en los surcos de la historia;
contemplarlo también en los lugares más lejanos e impensados, buscando los muchos “tabernáculos” presentes dondequiera que vivamos: en la creación…; en el corazón de cada persona; en las situaciones de sufrimiento; en los momentos de alegría; en la precariedad y en la pobreza; en la enfermedad. Todos son tabernáculos donde adorar el misterio de la presencia de Dios, podremos así transformar las tantas heridas de la humanidad. También de estas heridas puede brotar el agua y la sangre.
El comprometernos en la oración para poder vivir este mes de junio, nos ayuda a reavivar el don de la fidelidad. Volver la “mirada a Aquél que traspasaron” se convierte para nosotras en una escuela que nos enseña como debemos entregarnos sin cálculos ni medidas.
Sugiero, para este mes, rezar las Letanías del Sagrado Corazón , porque están llenas de significado y nos ayudan a contemplar este Corazón bajo muchos aspectos. Cada uno eliga una u otra expresión que mejor represente su propia vida en este momento y ore en beneficio de todos, y con esta oración le repetimos también a El “Tú nos eres necesario”. Oremos así en beneficio de todos.
¡ Felicidades a todos y buen mes de junio!
¡Que nos bendiga el Corazón de Cristo, horno de ardiente caridad! Y que María nos ayude a volver la mirada hacia el crucificado.